Un poema es el billete de ida a un mundo ajeno y propio a la vez, a la profundidad de uno mismo, del otro y de todos. Al atrevernos a abrir un libro de poesía comienza un viaje en tren sin final, sin paradas, sin frenazos, directos a la realidad, a la fantasía, al sentimiento, a la emoción, e incluso, si queremos, a la luna.
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